jueves, 2 de mayo de 2013

Unos corriendo y otros en bici


Hoy ha sido uno de esos días de reencuentro, especialmente con uno mismo, con sus fantasmas, con lo que te castiga día a día, pero también con lo que hace que cada día te intentes superar y salir del bache.

Marzo y abril han sido unos meses tremendamente complicados y en los venideros seguirá habiendo una buena dosis de resaca de lo pasado en los meses anteriores a sumarse a los problemas habituales. Pero el destino ha trazado ese plan para mí y no queda otro que afrontarlo y luchar contra él con todas las fuerzas para salir adelante.

Evidentemente, la práctica del deporte solo puede ayudarme mínimamente en el largo camino, pero la falta de esa práctica podía suponer un grave lastre a medio y largo plazo. Por ello he tratado de no dejar de ir al gimnasio pese a las nuevas tareas a afrontar y a la lesión que me dejó en el dique seco en los únicos días que el buen tiempo ha tenido a bien asomar por nuestra comarca.

Por ello cuando hoy me he vuelto a vestir de corredor, junto con la incertidumbre de ver si sería capaz de superar el entrenamiento propuesto o si por el contrario tendría que variarlo a mitad de recorrido como he tenido que cambiar toda la rutina deportiva en los últimos tiempos, se juntaba el ansia por querer salir del túnel, de volver a ver la luz.

Tras una rutina de pesas más o menos decente de dorsal, hombro y bíceps, he comenzado la ceremonia de prepararme para correr. He optado por las mallas largas, por si me veía forzado a tener que parar en algún momento no coger frio. En la parte superior del cuerpo, una camiseta de manga corta con los manguitos de La Tragamillas (cuidado que aprietan y eso que no soy excesivamente musculoso).

Saliendo del Zoco, he ido rumbo a los concesionarios pasando por la zona de la Fabrika. Es una pena ver como uno de los exponentes de la época dorada de la “marcha villalbina” hoy se encuentra así. No digo que la gente que esta allí no esté haciendo cosas interesantes, pero lo cierto es que el aspecto de bunker de guerra y barricada no resulta agradable estéticamente. Al final de la vía de servicio y tras atravesar los comercios fantasma (Opencor y Gigante), he tomado la subida de los Altos de Villalba. Ha sido uno de los momentos de más subidon de la salida, pues un fuerte y penetrante olor ha ¿podrido? ¿Estiércol? ¿Humedad? bueno, en cualquier caso naturaleza, ha servido para que a pesar de la dureza de la cuesta haya sacado fuerzas de flaqueza, por fin había vuelto a hacer algo que me gusta y que me pone en contacto con lugares y sensaciones que de otra manera no veo ni experimento.

El camino me ha hecho continuar luego por el Camino de la Fonda con dirección a la urbanización La Cerca, pero esta vez optando por ir por el jardín que sale una vez abandonas El Raso, en lugar de ir por la carretera, lo que da más continuidad a la subida aunque con menores porcentajes. El verde y el cobijo de este pequeño parque me ha resultado muy agradable, aunque está empezando a estar un poco dejado de la mano de dios, pero de momento es transitable sin problemas. Desde La Cerca he iniciado el descenso hacia Villalba Pueblo pasando por la Plaza de los Cuatro Caños, también conocida por algunos como la plaza de las mil reformas. A juzgar por lo visto hoy, o más bien por lo no visto, la remodelación va a ser muy pequeña o se va a prolongar en el tiempo de manera importante, pues no había mucho rastro de obra por el lugar. Como dije en otra entrada, lavado de cara mientras seguimos con las vergüenzas al aire.

Y para finalizar, una vuelta a la dehesa como colofón antes de llegar al gimnasio, donde ya he puesto punto y final a la sesión de entrenamiento con una buena ducha.

Justo al salir del gimnasio me he encontrado con que un policía municipal estaba situado en la rotonda de El Zoco, lo que me ha hecho suponer que tal vez iba a pasar por allí la marcha de MTB del programa de fiestas de San José Obrero. La verdad es que tenía dudas, pues al pasar por la dehesa he visto a varios voluntarios con sus chalecos amarillos esperando el paso de la prueba y el balizaje parecía indicar más bien un paso a través de la misma y por el puente que atraviesa la Carretera de Navacerrada ir hacia el ferial, aunque también cabía la posibilidad de que ese hubiese sido el recorrido a la ida. El caso es que cuando estaba completando mi vuelta a la dehesa he visto a un importante grupo de ciclistas atravesar la misma a mis espaldas.

Eso me ha hecho dudar de que el policía estuviese esperando a los participantes de la prueba ciclista, pues no podía haber llegado yo al gimnasio, duchado y cambiado en lo que ellos llegaban a la rotonda, salvo que el grupo inicial se hubiese fraccionado a lo largo del recorrido en varios pelotones en función de la condición física de los distintos participantes.

Y parece ser que esto ha sido lo que ha sucedido, pues antes de girar en dirección a mi casa, he escuchado una sirena de una moto de la policía que iba abriendo la prueba o en este caso escoltando al pelotón trasero de la misma. Serian unos cincuenta participantes los que iban más o menos agrupados, aunque con espacios entre ellos que estaban provocando que varios coches se intercalasen y hayan provocado algún momento de nerviosismo, como el que también ha provocado una persona mayor que no ha calculado bien la velocidad de los ciclistas y se ha puesto a cruzar con su bici, poniendo en peligro a los integrantes de la prueba y a él mismo.

Era una prueba difícil de organizar, porque eran muchos kilómetros a los que dar asistencia y protección y aunque al ser una marcha se supone que el grupo iría junto y por tanto los cortes de tráfico y demás serian menores y más si los comparamos con los de una prueba atlética por su velocidad, la palabra “popular” es muy difícil de definir y el rango que abarca en todos los deportes es muy amplio. Hay populares que son casi profesionales y populares que se embarcan en pruebas para las que no están capacitados y ponen en muchos apuros a los organizadores por tener que cuidar de ellos.

En cualquier caso, espero que la marcha haya transcurrido sin más incidencias que los exabruptos que he escuchado en el punto donde he tomado las fotos con el móvil, de ahí la calidad tan baja y que todos los integrantes de la prueba hayan dado buena cuenta de la barbacoa que les esperaba al final de la marcha.


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