jueves, 30 de julio de 2015

Punto de Inflexión.


Esta entrada fue escrita para un proyecto de libro de recuerdos de los aficionados de C.B.C. Villalba. Debido a la no publicación del mismo, decido subir la misma al blog, a pesar de que dicha campaña ya habia sido objeto de analisis en el repaso del año anterior con motivo del partido homenaje.

Se trata de la visión de un joven de 15 años, que tuvo la oportunidad de ver todo esto a pie de cancha, justo desde el pasillo de vestuarios.

Corría el año 1987, era aún demasiado joven como para que se me permitiese el acceso a las discotecas y terrazas tan de moda en el Collado Villalba de la época, donde poco a poco se abría hueco la música del The Joshua Tree de los U2. Villalba era el epicentro de la movida serrana y hasta aquí llegaban gentes de todas partes, no solo de la sierra, sino también desde otros puntos de la provincia.

Sin embargo, fuese al ritmo del grupo irlandés, al de la ambición rubia o al de los melenudos de Jersey, un buen grupo de villalbinos peregrinábamos un sábado si, un sábado no, hasta el pabellón municipal de deportes, donde el equipo de baloncesto que surgió como una aventura suicida en la primera división dos temporadas antes, iba consolidando su proyecto tras un año de asentamiento en la Primera División B.

Y es que en ese tercer año el Villalba trataba de dar un paso al frente con un nuevo modelo y ya bajo el paraguas protector de un patrocinador potente como lo era el Bancobao. Recordemos que en aquellos tiempos el baloncesto era un deporte que tuteaba al fútbol en interés deportivo y mediático.

La selección había sido  subcampeona olímpica pocos años antes, en la liga el Barcelona ganaba al Juventud de Badalona sumando así el título nacional al europeo de la Korac y la nueva liga bajo la denominación ACB estaba dando sus primeros pasos, play off incluidos,  tras la búsqueda de un modelo más espectacular al estilo de la NBA de la cual veíamos un partido en abierto cada semana con los duelos entre Magic y Bird como principal aliciente.

Visto así, el salto desde la Primera B a la ACB era todo un sueño y hasta cierto punto una utopía y más cuando por el camino estaban equipos como el Cajamadrid de Alcalá de Henares con un potencial económico muy superior. Pero aquel año la plantilla se confeccionó muy bien tras una revolución que llevó consigo que solo Gorka Rodriguez, Seguí, Marrero, Prada  y Barros continuasen del año anterior. Se buscó un bloque en el que la juventud se viese compensada por la veteranía de algunos miembros como Luis Mari Prada y la pareja de extranjeros, cuya calidad era premisa indispensable para que cualquier equipo fuese competitivo.

Y se llego a la última jornada de la temporada con el sueño ahí, al alcance de la mano y sin dependencias de otros equipos, pues en la semana anterior habíamos ganado al Caja Madrid en Alcalá de Henares, lo que nos situaba por delante de ellos y por tanto éramos dueños de nuestro futuro pese a que desde los despachos se tomase la decisión de reducir de tres a dos el número de ascensos a la ACB para aquel año a mitad de temporada. Una decisión que había sido muy criticada y que implicaría un boicot a la prueba si se mantenía. Pero el Villalba estaba ajeno a la polémica, pues dependía de si mismo ante la visita del Elosua León, si ganábamos el sueño se haría realidad.

Por aquellos tiempos yo tuve la fortuna de ser de los chicos que colocaban la publicidad alrededor de la pista y las sillas de tijera de los “socios protectores” a cambio de poder ver luego el partido. Ese día me toco la zona del túnel de vestuarios, un enclave que solo me tocó en aquella ocasión. Teníamos que estar preparados para bloquear los accesos a esa zona una vez que concluido el partido la gente tratase de festejar el ascenso con los jugadores más allá de la grada.

Éramos claramente superiores en la clasificación y en el juego, sin embargo el partido se nos fue atravesando y nuestro rocoso plantel aquel día presentó fisuras. La columna vertebral del equipo la formaban Marrero (que explosionó como jugador aquel año), Prada aportando su pausa y poder reboteador, Juan Carlos Barros (un tres alto y con buen tiro, algo poco común en aquellos años en un jugador nacional), José Luis Bernal en la dirección y los americanos Floyd Allen (que sustituyo a Jeff Allen tras finalizar la fase regular en la ACB y dado que su tocayo llevaba un declive en su rendimiento muy acusado desde la mitad de la temporada) un reboteador y atlético pívot que revitalizó el equipo y en especial la estrella Dan Caldwell, un alero tirador que ya había jugado en ACB y que promedio unos números de crack. Hablo de memoria, pero creo que fue el segundo máximo anotador de la temporada en la categoría.

Caldwell era un seguro de vida con un tiro letal a cinco metros del aro y mas allá del 6,25. Era el hombre que cerraba los partidos cuando estos se ponían complicados como fue el caso de aquella tarde con el conjunto leones que a falta de unos segundos se ponía por delante y truncaba nuestro sueño.

Pablo Casado pidió tiempo muerto para ejecutar esa última jugada, nos valía con anotar una canasta sencilla y teníamos tiradores de garantías como el americano o en segunda instancia Marrero, que ya les clavo sobre la bocina una canasta desde mitad de campo para ganar un partido al Askatuak. Fue un tiempo muerto que se hizo eterno, con el corazón en un puño y esperando el momento de gloria que iba a vivir en un lugar de privilegio.

Se reanudó el juego y la jugada de pizarra salió tal como se planteo con un tiro de Dan Caldwell desde el lateral izquierdo de nuestro ataque a poco más de cuatro metros y medio. Era el tiro que no fallaba y aquel día llevaba una cifra cercana a los treinta puntos, tenía la muñeca caliente, el ascenso estaba hecho. 

Sin embargo, el aro escupió el balón y quiso que el bueno de Dan fallase el tiro que cambiaria la historia del club. El hombre frio y letal mostro su faceta humana en el peor momento posible y la grada enmudeció, nadie podía creer lo que sus ojos habían visto. No hubo invasión de campo, la puerta que teníamos que atrancar no se intentó abrir en ningún momento hasta que bajo el presidente Fernando Hueso acompañado por su mujer que llorando y clamando por lo injusto de lo vivido quiso vivir ese duro momento con los jugadores. Unos gigantes de dos metros que entraron unos con la cabeza baja y otros entre gritos de ira golpeando puertas y todo cuanto se anteponía a su paso.

El sueño se había despedazado y el deporte nos recordó porque es tan grande, por lo fino de la línea que separa el éxito del fracaso. Éramos segundos y era un éxito, pero “el pacto de caballeros” suscrito por los clubes de la 1ª división B solo daba acceso al primero a la ACB, una plaza que ganó el Caja de Ronda. Los clubes se negaban a la petición de la máxima competición de aceptar un cambio de reglas con la competición ya en marcha.  Si  manteníamos el pacto y renunciábamos a lo ganado en las pistas, la plaza pasaría al siguiente clasificado y así hasta que algún club la aceptase. Una decisión quijotesca cuando el tercero en discordia era el Cajamadrid que había anunciado ya que la tomaría encantado.

¿Pondríamos la otra mejilla?...

El plantel de aquel año fue: Raúl Valiño, Luis Mari Prada, Javier Lorente, Héctor Perotas, Gorka Rodríguez,  Manolo Andivia, Adolfo Segui, José Luis Bernal, Juan Ramón Marrero, Juan Carlos Barros, Jeff Allen (sustituido por Floyd Allen en los últimos partidos), Dan Caldwell,  Javier Sevilla (preparador físico), Manuel Alcaide (segundo entrenador) y Pablo Casado (entrenador).

jueves, 23 de julio de 2015

Encuesta de actualidad Julio 2015

Después de conocerse la noticia de la aparición en el sumario de la Púnica de Alberto Sanchez en calidad de imputado, ¿cual es tu opinión?


jueves, 16 de julio de 2015

Siempre lentejas...

Una vez realizada la presentación del programa de fiestas de Santiago Apóstol, se confirma lo que ya se barruntaba desde hace un par de semanas, nos han dado una buena ración de mondongo, que al final no ha sido ni mal acompañada por unas chori papas.

Vaya por delante, que no estoy pidiendo un mayor gasto sin control para las fiestas, pero sí que se me vienen a la cabeza una buena cantidad de dudas e interrogantes, pero antes quisiera comentarles una anécdota que viene a cuento de lo que siento ahora mismo tras leer el programa. Cierto día, acudiendo al briefing de dirección de mi empresa, el director decidió cambiar todos los criterios de trabajo de una forma radical y totalmente incoherente ante la perplejidad de los allí presentes y para hacer aquello, se escudó en una frase que se me quedo grabada por dejarnos a todos en estado de shock. Había que sorprender al cliente y dijo “si siempre comemos lentejas, siempre cagaremos lentejas”. Escatológica, pero contundente.

Pero retomemos el origen de la entrada del blog. Resulta que se presenta un programa de fiestas de lo más austero, algo que a un defensor de la austeridad (en estos temas) como soy yo, no me supone ningún problema, siempre y cuando esa austeridad vaya dirigida a cubrir necesidades y a aligerar la carga impositiva. Defendí a capa y espada la austeridad, aun a cuenta de más de un revolcón vía redes sociales, en los tiempos de vino y rosas cuando algunos brindaban en Andorra con matasuegras y traer a leyendas de la música era objetivo prioritario.

Pero si aquello acabó y ahora hemos pasado a “comer rancho” ¿Por qué tenemos que tener un cargo de confianza dedicado a las fiestas y eventos de este tipo? Su inaptitud ha quedado reflejada más que de sobra con el programa de fiestas que más parece el de una urbanización, que el de un pueblo de más de 60000 habitantes que hasta hace nada se vanagloriaba de ser La Capital de la Sierra.

O es que la Capitalidad y todos los eventos de estos dos años se financiaban de manera irregular y de ahí que este año no se haga nada. Pasar de conciertos todos los días de las fiestas e incluso dobletes el año pasado a traer lo de este, que no pasará de un mal karaoke, merece una explicación.

Pero llevando mi premisa de la austeridad al extremo, me parece que fue un buen momento de “dejar de comer lentejas”. Esto es, si no hay dinero y no hay posibilidades de crear un programa decente de esas características, se debería haber cambiado el menú e ir a algo nuevo, ya que esto solamente va a llevar a que los mayores llenos de las fiestas de Villalba se vuelvan a dar en el parque del ambulatorio y en el del Carrefour.

Pero claro, ello habría supuesto que tanto nuestro concejal de festejos como su cargo de confianza, habrían tenido que trabajar y demostrar su valía, algo que a estas alturas, ya ni tan siquiera se les supone y más después de ver como se han cargado bonitas iniciativas que el mismo Partido Popular había creado, como fue lo de la música en los parques y calles de nuestro pueblo  en la semana de la juventud, dando espacio y posibilidades de tocar a artistas jóvenes de la zona o la rehabilitación de una zona del pueblo con un buen grafiti que valiese para tapar la porquería que cubre nuestro pueblo.



Pero por lo que se ve, aquí solo hay lentejas, cada vez más insípidas y por consiguiente, ya saben lo que sufrimos después…




sábado, 4 de julio de 2015

Una de mondongo

Hemos llegado al mes de julio y como suele suceder año tras año, una buena parte de los vecinos de Collado Villalba centran su atención en conocer las actuaciones de las próximas fiestas patronales de Santiago Apóstol. Mi experiencia como bloguero me permite asegurar, que es el momento en el que más tráfico de visitas se genera en el mismo, por encima de elecciones municipales, pese a la importancia de estas y de que este evento solo se de cada 4 años.

Y como siempre, la polémica está servida y más si cabe avivada por los rescoldos de los sucesos del pleno extraordinario de finales de junio en el que se fijaron los sueldos del equipo de gobierno.

Y es que el cartel de las fiestas no ha resultado para nada atractivo, como viene siendo habitual desde hace unos años. Los motivos son múltiples y las razones variadas.

Se trata de un cartel con fecha de caducidad, pues la mayoría de sus componentes ya están en edad de jubilación, pero de la de después de la reforma laboral de Don Mariano, no del sistema de pensiones griego. A uno le entran dudas de si llegó a estar en el cartel Marujita Díaz… y no continuo con la gracia por aquello de cómo están las cosas con aquello del humor negro.

Pero vamos, que Karina y sus flechas del amor están ya más que pasadas de moda y no se a qué público pueden atraer, pues cuanto más anacrónica es la actuación, más gente con ganas de pachanga se acerca. Es un poco como el mondongo en las barbacoas.

Pero es que la cosa no mejora cuando te enteras de que otro de los grupos que van a venir son los Bordón 4. Al abrigo del resurgir (por motivos no musicales) de Chunguitos o  Chichos, nos llega un sucedáneo menor. Aunque como en el caso de Karina, no sería de extrañar que unos cuantos cincuentones largos de los que se apalancaban en la sala de juegos de Las Cigüeñas encuentren atractivo a la actuación. Pero para que se hagan una idea, este grupo, junto con Los Calis (más de lo mismo) actúan mientras esto escribo en El Tejar, un pequeño local de Guadarrama, al precio de 12€ con consumición incluida. Así que otra de mondongo…

Y completan la terna (Granitorock merece capítulo aparte), Andy y Lucas. El dúo que ya ha visto crecer a sus seguidoras y a los que no se les conoce éxito alguno en los últimos años. Que me perdonen su fieles seguidores, pero para el público general no hay reclamo.

Por todo ello, podemos concluir que es un cartel muy flojo, el más flojo que uno recuerde. Y además tremendamente descompensado. Nada que ver con el despilfarro del año pasado con esos dobletes de conciertos o actuaciones de artistas punteros de años atrás.

No sé si el motivo es el ahorro (ojalá lo fuese), la incompetencia del concejal de turno y su cargo de confianza o el pésimo estado de la cultura musical española, donde hay un pequeño ramillete de artistas de merecer la pena y de los cuales la mayoría  no actúan sin pasar por taquilla su público.


Como he dicho, espero que lo infumable del cartel se deba al ahorro, porque si me dicen que el gasto es similar al de años anteriores sí que sería para hacérselo mirar al equipo de gobierno. Que mi abultado pago del IBI no quiero que se invierta en el pago de pensiones de lujo de estos artistas, que si han tenido cabeza, una buena hucha pueden tener. 

Pero sea por ahorro o por la triste oferta artística existente en este país, lo cierto es que tal vez habría que replantearse si en estas circunstancias el modelo de fiestas que se sigue desde hace años no empieza a estar ya obsoleto y no habría que buscar nuevas actividades más originales antes de que la dieta del mondongo termine por atocinar a las masas.